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▷La prensa como tribuna y tribunal para Simón Bolívar✔

imprenta del Libertador Simón Bolívar, en la que se imprimieron los 133 ejemplares del Correo del Orinoco.

La prensa como tribuna y tribunal para Simón Bolívar

El texto de Ignacio de la Cruz (Caracas, 1971) "Bolívar: Su concepción del periodismo" (1) originó grandes reflexiones y debates en este pequeño círculo de aprendices de periodismo, representó la revelación de un Simón Bolívar poco conocido o insuficientemente difundido. Habiéndose dedicado mucho esfuerzo a su faceta militar, política, incluso sentimental, pero el análisis de los muchos terrenos en los que Bolívar ejecuta con maestría su tenaz acción creadora, debe fundarse en lo que Acosta Saignes resumió cómo el estar “magistralmente dotado para practicar la política en forma total” (2), esa forma total comprende la comunicación como elemento transversal de toda la gesta independentista, que es la forja de la patria.

Bolívar y la imprenta

El medio de su época, por excelencia, para la difusión de las ideas, es a su vez elemento al que dedica atención permanente el Libertador “Es sabido que en 1810, cuando regresó de Londres, trajo consigo una imprenta” (3) estamos hablando de mucho antes de convertirse en el líder de la gesta independentista suramericana, y de la ruta que le conducirá en tal dirección. En 1816, en la expedición de Haití, Bolívar cuenta “no sólo con las armas y el dinero necesarios, sino con una imprenta” se lo proporciona todo la certera solidaridad de Petión, muy pronto, tan solo dos años después fundará el Correo del Orinoco “El ariete intelectual de la empresa libertadora” (4).

Su carta a Fernando Peñalver, refleja la urgencia “Sobre todo mándeme Ud., de un modo u otro, la imprenta, que es tan útil como los pertrechos” deja claro el papel y la importancia de la imprenta para el Libertador. Es tal su interés y el papel que le asigna que “no hacía sus grandes campañas militares si no llevaba consigo una imprenta. No le bastaba la fundación de periódicos en tal o cual ciudad”.

"En el Alto Perú llevaba en la mula trasera la carga de una imprenta, del tamaño que fuese, e iba distribuyendo dondequiera en hojas volantes las impresiones. Sacó en esta etapa un periódico llamado El Centinela en campaña, al tiempo que iba dejando, por ejemplo, en la ciudad de Trujillo en el Perú, un periódico que formalizaba la influencia en esa área. Aquél, que era un periodiquito, al ritmo de la marcha daba los resultados de las batallas, incluía las proclamas, y así sucesivamente" (5).

La opinión pública

Con una población casi en su totalidad analfabeta, la imprenta puede ser descrita más bien como un fetiche, propio de la ilustración burguesa europea, no obstante, es por revelar la crisis del modelo colonial, de los imperios europeos, por la autoridad de la palabra impresa, del prestigio del que goza, y que hace que cada volante se multiplique en los comentarios y corrillos, por lo que la procura Bolívar, y podemos afirmar que la guerra independentista se libra en todos los terrenos, y el de la palabra, y particularmente la palabra impresa, es uno en el que no se escatiman esfuerzos.

Es en la Gaceta de Caracas, siendo el redactor Andrés Bello que se publica "Un relato de los sucesos de Aranjuez, y al hacerlo, no emplea el calificativo de motín, que era el usual, sino que se refiere a la ´revolución de Aranjuez´. No solamente es aquella la primera vez —dice Uslar Pietri— que esa palabra, tan cargada de poder histórico, se imprime en Venezuela, sino que es Bello quien la escribe, y al hacerlo traduce claramente su certero criterio sobre la verdadera naturaleza de la situación que ha surgido en el imperio español" (6), con el tiempo Bello preferirá el rumbo de las letras, distanciando de la política, pero es otro de los maestros de Bolívar, cuyo influjo se trasluce.

Moral y luces

Bolívar, sea por su extracción de clase o por la gran influencia del maestro Simón Rodríguez, verá en la educación "moral y luces son nuestras primeras necesidades” y en ello la manera de “adquirir un saber lo más amplio posible cuantitativamente, y lo más autónomo y crítico cualitativamente, con el fin de utilizarlo para actuar técnicamente sobre la naturaleza, moral y políticamente sobre la sociedad” (7).

En el primer número del Correo del Orinoco (27/07/1818) podemos leer:
"3° Deseando el Jefe Supremo multiplicar los establecimientos tipográficos, ha determinado que por ahora se instruyan tres jóvenes en el arte de la imprenta. Se dará la preferencia a los que sepan leer y escribir correctamente. Estos jóvenes serán mantenidos por el Estado, y luego que se hallen regularmente instruidos, se les dará una colocación conveniente. Los que quieran entrar en esta carrera se presentarán a la Imprenta".

Más adelante, en el número 67 saluda la pronta impresión de "El amor de la patria", y expresa “Si estuviera en nuestro poder promover la multiplicación de periódicos de esta clase, propenderíamos a ello gustosos, porque estamos persuadidos de la utilidad que reporta toda la masa de la nación”.

Tribunal y tribuna

A Páez, desde Lima, escribe el 4 de agosto de 1826 el Libertador, sobre la prensa “Tribunal espontáneo y órgano de los pensamientos ajenos” (8), luego agrega “determinado únicamente por la razón crítica del hombre” para dar al traste con cualquier idea de censura apriori o previa. No podía ser de otra manera para quien entiende que “la felicidad y el bienestar del individuo son la meta de la sociedad”, pues el libre debate de ideas debe “conducir a las formulaciones más favorables para el Estado y la sociedad toda”.

Bolívar no abriga dudas en su argumento e insiste a Páez:

"Desde luego, lo que más conviene hacer es mantener el poder público con vigor para emplear la fuerza pública en calmar las pasiones y reprimir los abusos ya con la imprenta, ya con los púlpitos, y ya con las bayonetas. La teoría de los principios es buena en las épocas de calma; pero cuando la agitación es general, la teoría sería un absurdo, como pretender regir nuestras pasiones por las ordenanzas del cielo que, aunque perfectas, no tiene conexión algunas veces con las aplicaciones".

La artillería del pensamiento

Haciendo política en términos integrales y globales, definirá el rol de la imprenta y el periodismo en la guerra de independencia como “la primera de todas las fuerzas”, y “sin su auxilio la fuerza física apenas produce un efecto muy precario" así “es tan útil como los pertrechos”.

En abril de 1824, Heres le plantea a Bolívar: "Entretanto que los enemigos inundan el país de papeles, nosotros no les podemos oponer una fuerza de igual naturaleza, porque no hay un pliego de papel. Si esta falta no se remedia, no tendremos gaceta el domingo que viene: cuento con que a fuerza de trabajos saldrá la de mañana”. La posdata señala que ha prohibido “fuertemente la circulación de los papeles enemigos" (9), en efecto entonces asistimos a una guerra de imprentas, de volantes y periódicos, en la que ya dejado claro el Libertador, y se hacen eco de ello sus subalternos, no pueden escatimarse esfuerzos, debe vigilarse y responderse prontamente a las publicaciones realistas, sin dar tregua, podríamos hablar de una guerra a muerte de las imprentas, en la que el Libertador también sale victorioso.

Referencias

(1) Ignacio de la Cruz. Bolívar: Su concepción del periodismo. Caracas,
1971. Disponible en: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/de_la_cruz_ignacio/bolivar_y_su_concepcion.htm (consultado el 10/02/2023).
(2) Miguel Acosta Saignes. “Algunas concepciones políticas de Bolívar”.
Bolívar: Filósofo, político y legislador. Maracaibo: Corpozulia-Instituto de
Filosofía del Derecho de la Universidad del Zulia, 1982. p. 285.
(3) Manuel Pérez Vila. Campañas periodísticas del Libertador. Maracaibo:
Universidad del Zulia,
1968. p. 25.
(4) José Gil Fortoul. Historia constitucional de Venezuela. Caracas:
Ministerio de Educación, 1953. p. 406.
(5) Jesús Sanoja Hernández. “Bolívar tenía un gran sentido utilitario del
periodismo”. Vigencia de Bolívar en el periodismo venezolano. Caracas:
Colegio Nacional de Periodistas, 1982. pp. 42-43.
(6) Arturo Uslar Pietri. “Discurso pronunciado con motivo del Bicentenario
de Andrés Bello”. Caracas: El Nacional. 27/11/1981. pp. C-1.
(7) Lucien Goldmann. La Ilustración y la Sociedad Actual. Caracas: Monte
Ávila Editores, 1968. p. 13.
(8) Simón Bolívar. Op. Cit. Tomo I. p. 447.
(9) Manuel Pérez Vila. Campañas periodísticas del Libertador. Maracaibo:
Universidad del Zulia, 1968.

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