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Material de apoyo para la prueba corta de Análisis socio histórico del trabajo (3.- La división social del trabajo y su impacto en la sociedad.)

SALUDOS JÓVENES.., PRUEBA CORTA EL MARTES  24/02/15

División social del trabajo. Separación de distintos tipos de trabajo en la sociedad de modo que los productores se concentran en determinadas ramas y clases de producción.

1 Reflejo en la división de la economía
2 Divisiones sociales
2.1 Primera gran división social del trabajo
2.2 Segunda gran división social del trabajo
2.3 Tercera gran división social del trabajo
3 División natural del trabajo
4 División capitalista internacional del trabajo
5 División socialista internacional del trabajo
6 Economía capitalista
7 Economía socialista
8 Fuentes

Reflejo en la división de la economía

La división social del trabajo se refleja en la división de la economía nacional en sectores (industria, construcción, agricultura, transporte etc.) y en ramas de la producción (industria ligera, construcción de maquinaria, metalurgia, ganadería, horticultura, etc.).

La división social del trabajo, así como la división del mismo en una empresa, implica una especialización profesional de los trabajadores de la producción. El grado de desarrollo de la división social del trabajo caracteriza el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas.
Divisiones sociales
Primera gran división social del trabajo

La primera gran división social del trabajo —separación de las tribus dedicadas a la ganadería— contribuyó a elevar sensiblemente la productividad del trabajo y creó las premisas materiales para el nacimiento de la propiedad privada, de la sociedad de clases.
Segunda gran división social del trabajo

La segunda gran división social del trabajo —los oficios se separaron de la agricultura— contribuyó a la ulterior elevación de la productividad del trabajo y, junto a la primera gran división social del trabajo, hizo que se ampliara la producción de artículos destinados especialmente al cambio y que creciera la producción mercantil.
Tercera gran división social del trabajo

El desarrollo de la economía mercantil y la ampliación del mercado condicionaron el surgimiento de la tercera gran división social del trabajo: la formación de la clase de los mercaderes.

El progreso de la división social del trabajo en las sociedades basadas en la explotación presenta un carácter clasista antagónico y en parte encuentra su expresión en el nacimiento y desarrollo de la oposición entre la ciudad y el campo, entre el trabajo intelectual y el trabajo físico.
División natural del trabajo

Es la división del trabajo por el sexo y la edad, asignación de determinados tipos de actividad laboral al trabajador teniendo en cuenta sus particularidades fisiológicas y de edad. La división natural del trabajo surgió en los primeros estadios del desarrollo de la sociedad humana y precedió a la división social del trabajo.
División capitalista internacional del trabajo

Artículo principal: División capitalista internacional del trabajo
Especialización de determinados países, en el marco del sistema capitalista de economía mundial, en la producción, fundamentalmente, de uno o varios productos para su venta en el mercado mundial. Esta división del trabajo ha alcanzado su máximo desarrollo en el período del capitalismo monopolista, cuando se han establecido estrechos lazos económicos entre países muy diversos por sus condiciones naturales, por su desenvolvimiento económico y por la productividad del trabajo social.
División socialista internacional del trabajo

Artículo principal: División socialista internacional del trabajo
Nuevo tipo de división interestatal del trabajo; se forma en el proceso de la colaboración económica y científico-técnica de los países socialistas.

Su esencia estriba en crear el sistema más racional y eficiente de distribución territorial de la producción en escala de toda la economía socialista mundial. La división socialista internacional del trabajo se lleva a cabo de manera consciente y planificada sobre la base de la plena igualdad de derechos y de la amistad fraternal entre los pueblos. Su desarrollo y perfeccionamiento contribuyen a utilizar en grado máximo los recursos de trabajo y materiales de los países socialistas, así como las ventajas del sistema socialista mundial, contribuye a fortalecer el poderío económico y defensivo del campo socialista.
Economía capitalista

Bajo el capitalismo, la división social del trabajo se desarrolla espontáneamente. El desigual avance de las distintas esferas y ramas de la producción, la anarquía de la producción social y la enconada lucha competitiva provocan una constante desproporción y un despilfarro incesante del trabajo social.

En la economía capitalista la producción se especializa con miras a obtener ganancias. El proceso de desarrollo de la división social del trabajo acentúa el carácter social de la producción capitalista, creando las premisas materiales del Socialismo.

La división social del trabajo llega a rebasar los límites de la economía nacional, el comercio internacional se desarrolla sobre la base de la gran producción maquinizada y estas circunstancias hacen que surja la división capitalista internacional del trabajo.
Economía socialista

Bajo el Socialismo, la división social del trabajo se diferencia por principio de la división del trabajo en el régimen capitalista. Se desarrolla según un plan con miras al crecimiento de la producción social y a la elevación de la productividad del trabajo y ello con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad y de cada uno de sus miembros.

El emplazamiento socialista de la producción, la especialización y la cooperación de las empresas abren amplias posibilidades para que se utilicen de manera más completa y eficiente el potencial de producción, los recursos laborales y materiales. Con el nacimiento del sistema socialista de economía mundial, la división social del trabajo rebasa el marco de los diversos países socialistas, aparece la división socialista internacional del trabajo.
Fuentes

    Diccionario en Internet de las Ciencias Económicas y Sociales
    Enciclopedia de Economía
    División social del trabajo

DIVISIÓN CAPITALISTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO: especialización de determinados países, en el marco del sistema capitalista de economía mundial (ver), en la producción, fundamentalmente, de uno o varios productos para su venta en el mercado mundial. Esta división del trabajo ha alcanzado su máximo desarrollo en el período del capitalismo monopolista, cuando se han establecido estrechos lazos económicos entre países muy diversos por sus condiciones naturales, por su desenvolvimiento económico y por la productividad del trabajo social. La división internacional del trabajo facilita el ascenso general de las fuerzas productivas de la sociedad y la utilización mas completa de los recursos materiales de los países capitalistas sobre la base de los resultados obtenidos por la ciencia y la técnica. Al mismo tiempo, lleva inherentes hondas contradicciones, fruto de la naturaleza explotadora del capitalismo. A ellas se debe el carácter deforme de la división capitalista internacional del trabajo, la cual —dadas la dura lucha competitiva entre los monopolios de diversos países y la situación dominante de los estados económicamente desarrollados en el mundo capitalista— hace que se intensifique la explotación de los países poco desarrollados. Las potencias imperialistas procuran impedir que estos países establezcan su propia industria, en particular la industria pesada base de su independencia económica y política. Incluso en los casos en que los monopolios montan en los países indicados empresas para extraer o elaborar determinados productos preferentemente materias primas, lo hacen para satisfacer las necesidades del gran capital, con desprecio de los intereses de la población autóctona, Los antagonismos irreconciliables pondrán asimismo en los lazos de producción engendrados por la división internacional del trabajo entre los países capitalistas industriales desarrollados. La lucha entre las diversas agrupaciones monopolistas internacionales e interestatales, que persiguen su propio lucro, actúa en sentido contrario a la tendencia de internacionalizar la producción.

DIVISIÓN SOCIALISTA INTERNACIONAL DEL TRABAJO: nuevo tipo de división interestatal del trabajo; se forma en el proceso de la colaboración económica y científico-técnica de los países socialistas. Su esencia estriba en crear el sistema más racional y eficiente de distribución territorial de la producción en escala de toda la economía socialista mundial. La división socialista internacional del trabajo se lleva a cabo de manera consciente y planificada sobre la base de la plena igualdad de derechos y de la amistad fraternal entre los pueblos. Su desarrollo y perfeccionamiento contribuyen a utilizar en grado máximo los recursos de trabajo y materiales de los países socialistas, así como las ventajas del sistema socialista mundial, contribuye a fortalecer el poderío económico y defensivo del campo socialista. El objetivo da la división socialista internacional del trabajo consiste en elevar la eficiencia de la producción social, alcanzar altos ritmos de crecimiento de la economía y del bienestar de los trabajadores en todos los países del socialismo y en superar gradualmente las diferencias, históricamente formadas, en los niveles de desarrollo económico de los estados socialistas; consiste en crear las premisas materiales para que dichos estados pasen al comunismo más o menos simultáneamente, en el marco de una sola época histórica. La división socialista internacional del trabajo se establece teniendo en cuenta la división mundial del trabajo. Fomentando las relaciones económicas con todos los países del mundo, los países socialistas fortalecen, con ello, la base material de la coexistencia pacífica entre los dos sistemas económico-sociales del mundo. En la actualidad, el sistema socialista mundial cuenta con posibilidades favorables para organizar mas profundamente la división del trabajo entre los países que integran el sistema, en particular para hacer que la producción se especialice y complemente, para utilizar mejor las ventajas de la especialización y de la cooperación. Las posibilidades favorables aludidas se hallan vinculadas, ante todo, a la elaboración y coordinación de los planes económicos (ver) con miras al desarrollo de la economía de los países socialistas. El importante organismo encargado de establecer la división socialista internacional del trabajo es el Consejo de Ayuda Mutua Económica (C.A.M.E.).


Evolución histórica de la división del trabajo y las formas de propiedad
Por: María Linares | Lunes, 02/03/2009 01:15 PM | (http://www.aporrea.org/internacionales/a73526.html)
Abordar el problema de la evolución histórica precapitalista que aquí intentamos, no sólo muestra a Carlos Marx en su faceta más brillante y profunda. Es además en muchos sentidos, su intento más sistemático de abordar el problema de la evolución histórica y el complemento indispensable de su magnífico “Prólogo a la Crítica de la economía política”, que muestra al materialismo histórico en su aspecto más fértil.

Marx intenta descubrir en el análisis de la evolución social las características de toda dialéctica. Además, trata de formular el contenido de la historia en su aspecto más general. Este contenido es el progreso. Para Marx el progreso es algo objetivamente definible.

La fuerza de la concepción marxista en el triunfo del libre desarrollo de todos los hombres depende no del vigor de la esperanza de Marx respecto de éste, sino en la supuesta justeza del análisis según el cual el desarrollo histórico conduce a la humanidad, en efecto, a esa, meta.

Por otra parte, la base objetiva del humanismo de Marx, de su teoría de la evolución social y económica, es su análisis del hombre como un animal social. Los hombres trabajan, esto es, crean y reproducen su existencia en la práctica cotidiana, respirando, buscando alimento, abrigo, amor, etc. Lo hacen operando en la naturaleza, tomando de ella lo necesario y transformándola para tal fin. Esta interacción entre el hombre y la naturaleza es y produce, la evolución social.

La teoría general del materialismo histórico propone que hay una sucesión de modos de producción, no necesariamente de cualquier modo en particular. Observando el material histórico existente para la epoca de Marx, distinguió un cierto número de formaciones económicos-sociales y en cierta sucesión. Cabe señalar, que las observaciones de Marx y Engels sobre las formaciones socio-económicas precapitalistas se basan en un estudio mucho menos completo que la descripción y el análisis del capitalismo realizado por Marx.

Carlos Marx concentró sus energías en el estudio del capitalismo, y se ocupó del resto de la historia con diversos grados de detalle, pero principalmente en aquellos que se vinculaban con los orígenes y el desarrollo del capitalismo. Tanto él como Engels eran, en lo que se refiere a la historia, estudiosos particularmente ilustrados, y su genialidad y su teoría les permitió utilizar sus lecturas de un modo inconmensurablemente superior al de cualquiera de sus contemporáneos.

El hombre, siendo un animal social, desarrolla la cooperación y la división del trabajo –es decir, la especialización de funciones- lo cual no sólo es posible por la producción de un excedente por sobre lo necesario para mantener al individuo y a la comunidad de la que forma parte, sino que además incrementa las posibilidades de obtenerlo de nuevo.

Según Carlos Marx y Federico Engels, los estadios diferentes en la división social del trabajo corresponden a diferentes formas de propiedad. La primera de éstas fue comunal y correspondía a la fase inicial de la producción en la que un pueblo se alimentaba de la caza y de la pesca, de la ganadería o, a la sumo, de la agricultura. En este estadio, la estructura social se basa en el desarrollo y modificación del grupo de parentesco (la familia) tiende a desarrollar en su interior no sólo la distinción entre los jefes y el resto sino también la esclavitud, que se desarrolla con el incremento de la población y de las necesidades, y el desenvolvimiento de las relaciones externas, ya sean de guerra o de trueque. El embrión de la esclavitud surgió en la familia, y que luego se transformaría como modo de producción, dando origen a la sociedad esclavista.

El primer progreso importante de la división social del trabajo consiste en la separación del trabajo industrial manufacturero y comercial del agrícola y conduce por lo tanto a la distinción y oposición entre ciudad y campo. Esto, a su vez, lleva a la segunda fase histórica de las relaciones de propiedad, la propiedad comunal y estatal de la Antigüedad. Marx y Engels ven sus orígenes en la formación de ciudades por la unión (por acuerdo o conquista) de grupos tribales, al mismo tiempo que continuaba subsistiendo la esclavitud.

La propiedad comunal urbana –incluyendo la de los ciudadanos sobre los esclavos urbanos- es la forma más importante de propiedad, pero junto a ella surge la propiedad privada, aunque al comienzo subordinada a la comunal. Con el surgimiento, primero de la propiedad mueble y, especialmente de la inmueble, decae este orden social, así como la condición de los ciudadanos libres, cuya situación vis-á-vis (frente a frente) la de los esclavos se basaba en su posición colectiva de miembros primitivos de la tribu.

A esta altura, la división social del trabajo es ya bastante compleja. No sólo existe la división entre ciudad y campo y, con el tiempo, aun entre estados representativos de intereses urbanos y agrarios, sino también dentro de la ciudad, la división entre industria y comercio de ultramar, y por supuesto, la de hombres libres y esclavos.

La tercera forma histórica de propiedad, la feudal o por estamentos. El feudalismo aparece como una evolución alternativa del comunismo primitivo en condiciones de ausencia de desarrollo urbano, debido a la baja densidad de población en una extensa región. El punto de partida de la organización social no es la ciudad, sino el campo. Una vez más, su base es la propiedad comunal –que en realidad, convierten a los señores feudales como grupo, apoyados por la organización militar de las tribus. Pero la clase explotada, en oposición a la cual la nobleza feudal organizó su jerarquía y reunió a sus criados armados, no era de esclavos sino de siervos.

Al mismo tiempo, se producía una división paralela en las ciudades. Aquí, la forma básica de propiedad era el trabajo privado, pero diversos factores –las necesidades de defensa, de competencia y la organización feudal agraria circundante- dieron como resultado una organización social análoga: los gremios de maestros artesanos o mercaderes, que con el tiempo se enfrentaron a los oficiales y aprendices. Tanto la propiedad terrateniente labrada por el trabajo por el servil como el trabajo artesanal en pequeña escala con aprendices y oficiales, son descritos en esta etapa como la principal forma de propiedad bajo el feudalismo.

La división del trabajo se hallaba relativamente poco desarrollado, pero se expresaba en lo fundamental en la rígida separación de diversos rangos: príncipes, nobles, clero, y campesinos en el campo; maestros, oficiales, aprendices y, eventualmente, una plebe de jornaleros en la ciudad.

Este sistema, territorialmente extenso, requería unidades políticas relativamente grandes, en interés tanto de la nobleza terrateniente como de las ciudades: las monarquías feudales, que por ello se tornan universales.

De cualquier modo, la transición del feudalismo al capitalismo es un producto de la evolución feudal. Comienza en las ciudades, puesto que la separación entre campo y ciudad es el elemento fundamental y, desde el nacimiento de la civilización hasta el siglo XIX, constante de la división social del trabajo y su expresión.

En el interior de las ciudades, que una vez más surgieron en la Edad Media, se desarrolló una división del trabajo entre la producción y el comercio, allí donde no era ya una supervivencia de la Antigüedad. Esto proporcionó la base del comercio a gran distancia y una división consiguiente del trabajo (especialización de la producción) entre las diferentes ciudades.

La primera consecuencia de la división del trabajo entre ciudades es el surgimiento de fabricantes independientes de los gremios, apoyados -como los centros pioneros de Italia y Flandes- en el comercio exterior, o –como los de Inglaterra y Francia- en el mercado interno. Los tejidos, debido a que dependía del uso de maquinaría, aunque fuera rudimentaría, probó ser la más importante de estas ocupaciones manufactureras.

El crecimiento de las manufacturas, a su vez, proporcionó medios de escape para los campesinos feudales, que hasta entonces, huían a las ciudades pero eran cada vez más rechazados de ellas por el exclusivismo de los gremios. La fuente de esta fuerza de trabajo era, en parte, los antiguos criados y ejércitos feudales, en parte la población desplazada por las mejoras agrícolas y la sustitución de tierras de labor por pasturas.

Con el ascenso de las manufacturas, las naciones comenzaron a competir como tales, y surge el mercantilismo, con sus guerras comerciales, tarifas y protecciones. En el nivel nacional se desarrolla dentro de las manufacturas la relación entre capitalista y trabajador. La vasta expansión del comercio, como resultado de la conquista de América y la apertura marítima a la India, y la apropiación de metales de las tierras conquistadas y colonizadas, afectaron la posición de propiedad terrateniente feudal y la de los labriegos.

La consecuente modificación en las relaciones de clase, la conquista, la colonización y, sobre todo, la expansión de los mercados hacia el mercado mundial abrieron una nueva fase en el desarrollo histórico.

Finalmente, la disolución de la servidumbre y el surgimiento de las manufacturas convierte gradualmente a todas las ramas de la producción en capitalistas, mientras que en las ciudades una clase de jornaleros al margen de las corporaciones proporciona un componente en la creación de un proletariado propiamente dicho.